¿Quién llorará las piedras que han caído? Simbología

Chiquita Room
7 Ene 2023

El pasado 5 de enero tuvo lugar en Chiquita Room nuestra tradicional Noche de Reinas por quinto año consecutivo desde la apertura de la galería con Saya, Susanna y Cecilia.

Para comenzar, Saya llevó a cabo una introducción numerológica del año 2023. La suma de los cuatro números da como resultado el siete, un número que implica conocimiento superior, sabiduría, conocimiento esotérico. El siete es un número mágico que conecta con las leyes superiores. La realidad, nos contaba Saya, está organizada en un sistema vibracional de siete elementos (desde los días de la semana a las notas musicales, las leyes herméticas o los planetas tradicionales de la astrología) y todos ellos se relacionan entre sí por correspondencias analógicas. Así pues, 2023 sería un año que permite conectar con el conocimiento superior, con la intuición, con lo que va más allá de la percepción inmediata.

En clave del tarot, el siete se corresponde al arcano del carro, que implica sentido y dirección, un camino de proceso y viaje. Eso nos puede hacer pensar que 2023 será un año dinámico, de proyección, de recorrido… 

Más allá de ese número siete, el año 23 de este último milenio. El 23 se puede interpretar como un nuevo comienzo porque en el tarot hay 22 arcanos y el 23 sería un nuevo comienzo tras la experiencia de haber vivido un ciclo completo. En el 2023 el portal del primer ciclo se ha traspasado y entramos en un nuevo ciclo con la experiencia y la sabiduría del ciclo anterior.

Después de esta introducción, Susanna procedió a barajar las cartas y llevar a cabo la tirada en las que se tenían que sacar cinco cartas formando una cruz. Entre el público, se dijeron los números 13, 9, 1 y 7, a partir de los cuales salieron las cartas de el Emperador para la posición del sí (tesis), la Templanza para la posición del no (antítesis), la Papisa para la posición de la síntesis y el Carro para la tendencia. A partir de la suma de los respectivos valores (4+2+14+7) resultó el número 27, que reducido es el 9. La carta 9 de la baraja, que sería la carta central, resultó ser la Torre.

Con las cartas sobre la mesa, Cecilia, Susanna y Saya procedieron a leer la tirada. Comenzaron con el Emperador en la posición del sí. El Emperador es una carta de acción, pero una invitación a la acción ponderada y no precipitada. Un emperador está pendiente de todo lo que está involucrado antes de dar el paso. Se trata de una carta que invita a la receptividad, al análisis y a la valoración para no caer en la tiranía, con lo que permite poner límites a ciertas situaciones que no queremos que se produzcan.

Susanna comenta que el Emperador se sujeta del cinturón, agarra las vísceras para sentir las pasiones pero no se deja llevar por ellas. El Emperador también tiene la barba blanca, de modo que lo que le ha llevado hasta esa posición no es ser el más joven o el más ágil sino el que se domina a sí mismo, la serenidad y el equilibrio. En esta posición, se nos invita a ejecutar las acciones que tenemos pendientes, a poner límites, a pasar a la acción.

En la posición del no aparece la Templanza, lo que significa que no hay que dejar las cosas al destino, a que fluyan. Para que fluyan hay que encender el motor, no esperar que las cosas se solucionen por sí solas. En lugar de dejarse llevar por la idea de «lo que tenga que ser será», la Templanza en la posición del no, nos invita a tomar decisiones, a no perdernos en disertaciones y a no esperar a tener las cosas más claras.

La Papisa apareció en el lugar de la síntesis. Esta carta invita a la reflexión, es una carta de incubación, de la conexión con lo divino, con la intuición, con conectar con los valores de la receptividad. La sabiduría de la Papisa es una sabiduría que se nutre de lo vivido. Esta figura sólo tiene un libro, el libro de la vida, el libro de cada uno y de cada una, y ese conocimiento es un saber destilado de la propia experiencia y ahí cada una de nosotras estamos solas para discernir.

En la lectura, eso nos lleva al Carro, a mirar hacia adelante, a que cada una elija su camino, el suyo propio e intransferible. El Carro nos invita a aprender haciendo camino teniendo en cuenta los dos caballos que lo tiran hacia adelante, la razón y la emoción, que son las fuerzas que nos gobiernan.

Finalmente, la carta de la Torre en el centro de la tirada nos dice que todas nuestras creencias personales y colectivas se derrumban. Cecilia habla de un nuevo ciclo, de la caída de todo aquello falso que habíamos construido y que nos había servido en una etapa anterior pero que ahora es un obstáculo. La Torre apunta un momento de renovación, del fin de vivir en función de nuestras creencias y a desapegarse de lo viejo. Las viejas estructuras que ya no tienen sentido se caen y podemos llorar o alegrarnos porque con las piedras que están ahora en el suelo podemos construir una nueva casa con unos fundamentos que están en consonancia con nuestros nuevos valores.

A modo de conclusión y viendo en perspectiva la tirada, las cartas nos invitan este 2023 a pasar a la acción, a vivir en función de nuestra propia experiencia y a partir de ahí destilar la sabiduría, a dejar que nuestra conciencia florezca y se expanda, porque sólo subiendo ese peldaño podremos entender que lo que está cayendo quizá fue útil, quizá tendría su lógica, pero ya no sirve más. Esta tirada es una invitación a agradecer y dejar ir, a avanzar y no llorar las piedras que se han caído.