El dibujo de las órbitas de las montañas Arte

Andrea Fernández-Vegal Avilés
Creadora visual
27 Oct 2020
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Como ya muchos sabréis el tema que nos atraviesa ahora en Chiquita Room es la gravedad. En la exposición actual de Pedro Torres hay una obra que nos habla de ella a través de una montaña. Se titula “Folded Mountain” y en esta podemos ver una impresión en seda de la imagen de una montaña que está plegada y afectada por la gravedad. Es por eso que en esta ocasión hablaré de montañas. Buscando información me topé con una representación muy común de las montañas, pero que llamó mi atención, me refiero a las curvas de nivel. Esta forma de representación a través de líneas nos indica la altitud e inclinación de un terreno y acostumbramos a verla en los mapas topográficos. Lo primero que me vino a la cabeza cuando vi estas líneas fue que parecían órbitas, seguramente influenciada por mi momentánea fijación en el tema de la gravedad, y fue curioso descubrir que la primera vez que se puso en práctica la teoría de las curvas de nivel fue en un experimento gravitatorio.

Resulta que en 1774 se celebró en Escocia un concurso de montañas. No fue un concurso de escalada, ni de belleza, ni de fauna y flora. Fue un concurso científico. La montaña ganadora tendría la oportunidad de participar en un experimento pionero para calcular el peso y la masa del planeta Tierra, y a consecuencia de ello calcular el peso y masa del resto de planetas. Una gran oportunidad para una montaña escocesa de ganar renombre internacional.

El experimento consistió en medir la desviación que sufría un péndulo en su eje vertical debido a la atracción gravitacional de una montaña cercana. La idea original de este experimento fue postulada por Newton como demostración práctica de la ley gravitacional en el tercer libro de sus Principia, pero en el momento descartó la idea de su puesta en práctica. Según él, para demostrar sus teorías debían poner un péndulo cerca de una masa muy grande, como es el caso de una montaña, y éste por la fuerza gravitacional se desviaría. Esa pequeña desviación del péndulo dependería de los volúmenes y densidades entre la Tierra y la montaña en cuestión. Si se conseguía determinar el volumen y densidad de la montaña se podría hallar el volumen y densidad de la Tierra y, a partir de ella, extrapolar los valores a los planetas y astros cercanos.

Nevil Maskelyne, un siglo después de Newton, decidió proponer el experimento a la Royal Society, ya que en aquel entonces se contaba con la tecnología e instrumentos necesarios para hacer tales mediciones. El jurado del concurso fue el astrónomo inglés Charles Mason, el cual inició un viaje por las tierras altas escocesas visitando una por una a las candidatas que habían cumplido con una serie de requisitos:

-debían ser montañas solitarias. De esta manera no habría ninguna otra atracción gravitacional cerca que pudiese afectar en las mediciones.

-se necesitaban montañas muy altas y anchas de norte a sur y de este a oeste. Cuanto mayor fuese su masa, mayor atracción gravitatoria tendría.

-además, a ser posible, debían ser simétricas. De este modo sería más fácil calcular su volumen y densidad.

Mason entrevistó a lo largo de un verano entero a diferentes montañas. La primera de ellas fue Pendle Hill, una montaña ubicada en el este de Lancashire. Medía 557 metros sobre el nivel del mar. Vivía sola en medio de una gran llanura verde. En la estancia de Mason, sentado en la falda de la montaña, ésta le contó su historia. Era una montaña que vivía rodeada de un halo místico y sobrenatural. Le contó la historia de George Fox, fundador de los Quakers, una sociedad religiosa. Éste, buscando un lugar para asentarse con su gente se vio atraído por ella, y al llegar a su cima tras mucho esfuerzo tuvo una visión en la que Dios le decía los sitios apropiados para albergar a su pueblo. Y así fue. También le contó la historia de las brujas, habitantes de sus prados durante mucho tiempo. Ella las hospedó hasta que acontecieron los conocidos juicios de Pendle Hill. Le contó cómo su tranquilidad se vio afectada porque tenía fama de lugar oscuro, donde no existía la ley y donde vivían mujeres y hombres que basaban su conocimiento en las hierbas, los ciclos de la luna y el veneno de los insectos. En el siglo XVII, 11 mujeres fueron sentenciadas y ejecutadas por brujería. Lo contaba con rabia y sufrimiento. Pendle Hill era una montaña misteriosa. Al cabo de unos días Mason marchó.

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Continuó su camino hasta llegar a Helvellyn, una montaña de 950 metros de altura que se encontraba entre dos lagos. Era enorme e imponente, el tercer punto más alto de Inglaterra. Su piel contenía calas glaciares y crestas afiladas en su lado este. Sus entrañas eran rocas volcánicas formadas por erupciones violentas hace 450 millones de años. Reinaba el color blanco, el verde y el frío. Se notaba que estaba acostumbrada a la gente. Desde hacía siglos los pastores caminaban sus senderos y desde hacía unos pocos años algunos senderistas se habían acercado a ella y se atrevían a andar sus crestas. A Mason le pareció una buena montaña, pero no se trataba de simpatía ni de amistades, tenía que ser riguroso y científico. Marchó y siguió con su búsqueda a lo largo de Escocia. Un día de esos llegó a Schiehallion. Una montaña de 1083 metros de altura, hija de Ben Lawers, pero alejada de su familia. Estaba repleta de musgo, brezos y arándanos. Los vecinos de esta montaña se veían magnetizados por ella y acudían al lago Rannoch a mirarla. Muchos la confundían con un volcán debido a su perfecta forma cónica. Fue sin duda la ganadora del concurso.

Se instalaron allí un grupo de agrimensores, matemáticos y astrónomos para llevar a cabo la ardua tarea de calcular el peso y la masa del mundo (que por si a alguien le interesa el resultado de sus mediciones fue 5.000.000.000.000.000.000.000 de toneladas de masa terrestre). Nevil Maskelyne lideró el proyecto, ayudado por los matemáticos Charles Hutton y Reuben Burrow. Éstos junto con un grupo de agrimensores utilizaron las curvas de nivel de las que hablaba al principio para calcular la masa de la montaña. La teoría de las curvas de nivel era anterior, pero fue la primera vez que se puso en práctica. Cuando vi las curvas de nivel mientras buscaba información sobre las montañas y la gravedad me remitieron directamente a órbitas que giran en torno a no a un centro de gravedad. Quizás es por eso que Pendle Hill atraía a las brujas y Quakers, Helvellyn a pastores y senderistas y Schiehallion a vecinos del lago Rannoch y científicos que tenían la gran ambición de pesar el mundo. Y aunque estas curvas de nivel no sean más que secciones de altitud e inclinación, imaginaba que no solo nos indican la altura e inclinación del terreno, sino que también dibujan las órbitas las montañas.