La ciudad de Pulgarcito
2018
Desde el punto más alto de la ciudad Pulgarcito imaginaba de pie sobre una rama ante los ojos pendientes e ilusionados de sus seis hermanos.
Pondré un estanque allí —señalando con la mano—, con un jardín siempre verde, con árboles coloridos y flores para que se regalen los enamorados. Y en el centro una fuente de tres pisos, y en el de abajo peces. Luego por allí —girando el cuerpo sin haber bajado la mano que señalaba— una gran avenida ancha que desde el estanque llegue a la Barceloneta para bajar en bicicleta pedaleando a toda prisa y hacer carreras. Alrededor del castillo habría una feria, con su barullo y sus casetas llenas de dulces y pasteles. Cada barrio tendría su plaza para bailar los domingos y una zona de recreo con muchas alcantarillas para hacer torneos de canicas. Un puente allí para cruzar el río y poder llegar hasta más allá —prosiguió cada vez más animado. Todas las casas tendrían ventanas grandes para poder ver el Sol y cómo llueve. Donde los trenes pondremos una gran estación de piedra blanca con un tejado de hierros y muchos dibujos en vidrieras. Con tiendas de regalos y un enorme reloj con campanas que dé siempre la hora de la siesta. Le diremos a Celestí el panadero que haga el horno más grande… Y que huela a pan en toda la ciudad… Y que llegue hasta aquí… Y aquí arriba pondremos nuestra cabaña.
Escultura de pan, mapa y cubierta.
600€ (IVA incl.)
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Más sobre el artista
Zigor Barayazarra
Artista que experimenta plástica y visualmente con diferentes lenguajes, evidenciando con su práctica los procesos. Participa en la exposición Barcelona Plan B.
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