Noche de Reinas 2024 Simbología
12 Ene 2024
¿Cuándo?
12 de enero de 2024¿Quién?
Chiquita RoomCategoría
SimbologíaCompartir
¿Qué valores pueden ayudarnos a abordar este año nuevo? Una vez más, en Chiquita Room, nos dejamos guiar por el tarot con la interpretación de Susanna, Saya y Cecilia.
Como introducción, Saya procede a analizar la numerología del nuevo año 2024, cuya suma de los números da igual a 8. El número 8 nos augura un año kármico, en el que tendremos que enfrentarnos a nuestras propias decisiones y nuestros propios actos, mediante aquello que sembramos el año anterior e iremos cosechando.
A continuación: la tirada en forma de cruz, compuesta por la tesis (el sí), la antítesis (el no), la síntesis, la carta de conclusión y, en el centro, la carta mayor como carta-guía. A partir de números elegidos colectivamente, obtenemos las cartas de El Colgado, El Sol, El Papa, El Enamorado y La Muerte.
Empezando por la tesis, se revela El Colgado. Esta carta representa la inacción puesto que, según explica Saya, tiene las manos escondidas por detrás de la espalda y está colgado de un pie en un árbol. Esto es, a veces, la mejor acción que podemos hacer. Nos invita a observar nuestro entorno desde otra perspectiva, a escuchar y a no precipitarnos. A su vez, nos visibiliza un bloqueo, una posición incómoda que frena nuestra evolución.
El Colgado es representado con el 12. Complementario al análisis del número 8, es la culminación de un ciclo. Alumbra una situación catártica que nos permite dar paso a nuevos ciclos, alejándonos así de nuestra zona de confort que nos permite conectar con nuestra íntima verdad.
Por otro lado, opuesto al Colgado, aparece El Sol como antítesis. Es una carta peculiar, puesto que en sí es muy positiva. Sin embargo, esta posición nos habla de que todavía no hemos elegido la luz o tomado la iniciativa, pues estamos esperando a que alguien nos descuelgue. Así mismo, es posible que la situación de bloqueo de la carta anterior sea a causa de El Sol, al no tener suficiente claridad.
En la síntesis, tenemos la carta de El Papa, el arquetipo masculino de un ser todopoderoso en la Tierra. Su acción primordial es la de ser un mensajero inmaterial. En esta tirada en concreto, nos da la idea de buscar una referencia, un guía, para deshacer la inacción. Es posible que tengamos que buscar una conexión con lo divino, con lo espiritual o incluso con nosotras mismas. Sin embargo, nos advierte no caer en la idolatría o poner la responsabilidad fuera de nosotras.
El Enamorado aparece en el lugar de la conclusión. Esta carta, relacionada con el Papa, representa la maestría o la elección que nos conecta con nuestro verdadero ser. Es un camino que nos lleva a conectar con aquello que realmente deseamos, después de haber alcanzado un conocimiento elevado. De lo que se trata es, en esencia, de elegirse como primera opción y entregarse a esta desde nuestro amor más profundo.
En suma, a nivel colectivo, político y social, vamos desencaminad_s, hay poca claridad y, en lo político, se habla de polaridades. A pesar de esto, tenemos el gran poder de elegir lo que queremos y apostar por nuestra acción real con el corazón y no con la mente, por lo que la familia o el entorno nos dice que hagamos. Esta tirada, en general, nos enfrenta a algún tipo de dilema que nos bloquea por miedo e inseguridades, y nos coloca en una posición donde tenemos que evitar la comodidad de lo que ya conocemos.
Finalmente, la presencia de la carta de La Muerte en el centro de la tirada resalta una vez más “la cosecha”. La Muerte simboliza la transformación, es la carta sin nombre y nos invita a desprendernos de nuestra identidad para renacer entre las cenizas. Para ello, debemos asumir las consecuencias de nuestra propia muerte, no quedándonos ya en el limbo cálido y confortable de El Sol. Aunque nuestras decisiones no tengan garantía de éxito, debemos liberarnos de lo que no nos sirve. Experimentar un cambio es un proceso de oscuridad y miedo, pero también implica vislumbrar la luz al final del túnel.
En definitiva, es un año de incertidumbre, de cosecha, de descubrimientos y sorpresas que nos harán renunciar y perder. Implicará una transformación inevitable de todo aquello que conocemos e inclusive de nosotr_s mism_s. Lo material ya no va a servir, pues la acción deberá surgir desde otro lugar inmaterial. La elección es la muerte del disfraz, de lo que habíamos construido para sobrevivir al mundo, dejando así de estar sometid_s a creencias, a lo externo y a lo establecido.
Lo transformador, y por donde entra mucha luz, es cuando elegimos desde nuestras propias creencias. La invitación es a no resistirnos a la transformación y a recordar que siempre tenemos la opción de elegir.