Apearse de la ortodoxia Libros

Laura González Palacios
Directora de Chiquita Room
20 Abr 2020

Suelo cambiar a menudo de opinión y casi con la misma frecuencia me resisto a ceder cuando estoy «convencida» de algo. También creo que nunca llegaré a perfeccionar esa regla del tres y del siete así que tan pronto me veo tirando la toalla demasiado rápido sin perseguir un objetivo como mínimo tres veces, como me quedo pegada a un asunto hasta 70 veces 7 evidenciando mi terquedad. Tengo que reconocer que cumplir un mes de confinamiento me sentó fatal y la quinta semana encerrada en casa me sumí en un limbo en que me daba igual arre que so. Pero obstinada o no se me ha hecho especialmente difícil prepararme para el día de Sant Jordi. Le he dado muchas (realmente muchas) vueltas al tema y casi siempre he llegado a la misma conclusión: quiero celebrar Sant Jordi. No sé muy bien cómo pero sí cuándo: el 23 de abril. Quién sabe si resistiré, por ahora a lo que me resisto es a pensar que este día se pueda celebrar un tal 23 de julio. ¡Venga ya! El 23 de julio le toca el turno al Día Mundial del Síndrome de Sjögren. Un poco de respeto. ¿O acaso no hemos celebrado la Pascua sin pena ni gloria confinadas y aquí no ha pasado nada?

Está claro que este jueves no habrá parada en la puerta con las antigüedades de Chiquita Ediciones & co(legas), ni tendremos las rosas blancas envueltas en poemas de Machado. Andrea y yo habíamos seleccionado entre sus versos los más chiquitos para celebrar que la obra de Antonio pasó a dominio público este 2020. Recuerdo que cuando visité su tumba en Colliure mis sensaciones fueron del todo contradictorias (¡menuda novedad!). Hoy pienso en ese viaje con ese ex y me pregunto adónde me han llevado mi pasado de librera y mi presente de editora. Que me perdonen, pero decido que Sant Jordi es mi siguiente parada. Y voy a incurrir en una pequeña rebeldía: hoy me presento en la oficina de correos para hacer envíos de libros y una sorpresa poético-botánica a l@s collectors de Chiquita Room. No aguanto más y ell@s se lo merecen. ¿Quién dice que los libros y las flores no son de primera necesidad? Nosotras seguimos compartiendo a diario las publicaciones de Mise en images en Instagram. Que le zurzan al 23 de julio.

Sin embargo, escucho a mi hermana por teléfono cuestionarme cuándo es un buen momento para apearse de la ortodoxia y me hace pensar. Me pregunto si mi romanticismo no me deja aceptar que Sant Jordi sea un día comercial y nada más, o ver que para muchos proyectos supone un buen trozo del pastel de su facturación anual, que bastante delicado es ya el negocio del libro como para no tener la oportunidad de hacer la operación rescate de este 23 de abril en confinamiento. Me acuerdo de mi vecina Abi, de La Llama, que firma un manifiesto donde caben varias opciones y de que el romanticismo a mí siempre me ha salido demasiado caro. Aunque parece que la polémica está servida, desde aquí os animo a que honréis el día como queráis o buenamente podáis. Sabed que el Círculo de Bellas Artes hará una lectura virtual de El Quijote online, y La llama propone lo mismo con Il Quiquiti, que una desconocida nos escribe una carta regalando consuelo y que falta mantequilla y harina en los supermercados, porque la gente sigue a tope con la repostería. Admito sin fisuras que entregarse al ceporrismo de tanto en cuando es tan necesario para mantener la salud mental, como los libros, el arte y el pensamiento crítico. Hagamos lo que podamos, que al andar se hace el camino.