Un álbum Exposición
El 15 de febrero cenaron en la galería un poeta, una periodista, un calígrafo, una actriz, un escritor y una tipográfa, en torno a una mesa que es el álbum de experiencias de Mercè Soler. Un álbum que no tiene imágenes, sino una serie de palabras inscritas en su memoria. Y en la mantelería, la vajilla, los cubiertos y las copas. Ella no estaba. Y sí estaba. Invitó a estas seis personas, que trabajan directamente con el lenguaje, para compartir su intimidad y generar un nuevo álbum, el que surja de esa noche.
Eduard Escoffet, Roberta Bosco, Oriol Miró, Sonia Barba, Pol Guasch y Laura Meseguer activaron esta exposición con esta cena, que documentaron de forma analógica: sobre el papel de una libreta, el carrete de una cámara de fotos, la cinta de una grabadora. En la inauguración, se pudo ver “una foto” de lo que pasó aquí. Con todo lo demás, Mercè crea una nueva pieza: un libro de artista, una edición, que será el álbum de esta cena especial y presentamos al final de la exposición.
Inauguración: miércoles 16 febrero de 2022, 19h.
¿Cuándo?
16 febrero - 2 abril 202216 febrero 2022 2 abril 2022 De martes a viernes: 12 h – 20 h Sábado: 11 h – 15 h
¿Dónde?
Chiquita Room- Este evento ha pasado.
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16 febrero - 2 abril 2022
De martes a viernes
12 h – 20 h
Sábado
11 h – 15 h
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1. Martes, 15 de febrero de 2022. En la galería hay dispuesta una mesa con vajilla.
Una cena, un menú y un glosario.
Seis comensales, seis cuadernos de notas, una grabadora y una cámara fotográfica.
No hay testigos, ni móviles, instrucciones o expectativa.
Cuanto ocurra a lo largo de la velada se desvanecerá en el recuerdo, salvo por los registros que expresamente dejen los invitados, en forma de escrito, imagen o grabación sonora. Si así lo desean.
Quedarán, también, las huellas de toda mesa compartida: migas en el mantel, copas a medias y servilletas maltratadas. Seguramente.
De todo ello, encarnando una suerte de artista forense, Mercè obtendrá las ideas y la documentación que le permitirán crear una obra, en forma de libro. Most likely.
2. Para disgusto de Alicia, los libros vienen conformados por textos, compuestos por palabras, construidas por letras.
La mesa que recibe a los invitados está llena de inscripciones: palabras bordadas en el mantel, grabadas en copas y cubiertos o hendidas en la porcelana.
Cómeme, bébeme, léeme.
Son parte de un glosario singular, una breve relación de palabras que la artista desea compartir con sus invitados. Le gustan por su sonido o su significado pero, sobre todo, porque están inscritas en su biografía. Todas
le remiten a un lugar, un tiempo o una persona determinada. Por eso, junto a la mesa, se facilita este glosario impreso. ¿Tendrán los comensales algo similar, experiencias que hagan suyas ciertas palabras? ¿Compartirán alguna? ¿Imaginan las palabras del mismo modo, color o forma?
El glosario es un entremés con el que encender la conversación. Las letras llegarán con la sopa, naturalmente.
3. Ojalá todas las veladas empezaran como un juego y terminaran con un libro.
Pero hay muchos tipos de libros y existen infinitas maneras de saltarse las reglas.
En este encuentro todo es extraño y familiar a la vez. Reglado e imprevisible. Secreto, doméstico y público. Discretamente unheimlich. Hay unos desconocidos compartiendo mesa, pan y vino, frente a una alacena. En el
otro extremo, sólo un cristal les separa de la calle. La cena puede tener lugar a la vista de los transeúntes y, sin embargo, tan solo trascenderá lo que ellos registren. Fragmentos de una noche. Ruinas dejadas cuidadosamente a partir de las cuales construir sentido.
¿No es esa la labor de la artista?
4. Existe una modalidad de mosaico romano, vulgarmente conocido como ‘Suelo sin barrer’, en el que representaban los desechos propios de cualquier cocina o bacanal: pinzas de langosta, huesos de pollo, cáscaras de frutos secos y, a menudo, un ratoncillo husmeando los restos. De acuerdo con sus supersticiones, la comida caída al suelo no se recogía, la reclamaban los difuntos, enterrados frecuentemente bajo la misma casa. La tradición se concretó en este extraño género artístico, que parece reivindicar la idea de que ningún resto está del todo perdido, sino que es origen de otro ciclo, otro proceso.
Una cama deshecha o una mesa no recogida pueden ser también un punto de partida.
5. Aquello memorable es siempre escaso.
6. Orquestar experiencias para destilar ideas tiene algo esotérico, demiúrgico.
Es una extraña forma de intercambio, que es como debería definirse la creatividad.
Tu glosario a cambio del mío. Y algunas palabras ya no serán las mismas nunca más. ¿Cómo crecer sino?
7. No existe razón para listar este texto, salvo mi amor a las listas.
Andrés Hispano
Comisario
Artista
Mercè Soler
En Berlín descubre la encuadernación y es a su vuelta a Barcelona, después de diez años, donde une oficio y concepto. Sus libros son transcripciones de todo aquello que no es dicho.
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