Un campo de trigo en Manhattan Arte

Laura González Palacios
Directora de Chiquita Room
18 Jun 2020

En 1982, la artista de origen húngaro Agnes Denes, pionera del arte conceptual y del arte medioambiental, negoció los derechos temporales sobre un terreno de 0,72 hectáreas en un vertedero del bajo Manhattan, a 200 metros de Wall Street y encarado a la Estatua de la Libertad. Después de meses de preparación, en mayo de ese año fue sembrado su campo de trigo «Wheatfield – A Confrontation». Fueron necesarios 200 camiones de basura para limpiar el lugar y el trabajo de dos ayudantes más un grupo de voluntarios cavando a mano 285 surcos. Se plantaron también a mano las semillas y se taparon los surcos con tierra. El campo se mantuvo durante cuatro meses y se instaló un sistema de irrigación. La cosecha fue recogida el 16 de agosto y alcanzó mas de 450 kg de grano. El grano cosechado viajó a 28 ciudades en la exposición de El Salón Internacional de Arte para el Fin del Hambre Mundial y el heno sobrante sirvió para alimentar a los caballos del Departamento de Policía de Nueva York.

Plantar y cosechar un campo de trigo en una tierra con un valor de 4.500 millones de dólares fue una poderosa acción que destapó la gran paradoja económico – ambiental. Se convirtió en un símbolo universal del alimento, la energía, la economía y la ecología. La rueda cuyo delicado equilibrio se ha disociado hasta los límites de la actual emergencia climática. Denes quiso llamar la atención «sobre nuestras prioridades mal ubicadas y el deterioro de los valores humanos.» Como ahora hace la artista Sara Agudo Millán, que con modestia y aplomo a la vez, nos invita a hablar de árboles, a plantar semillas, a reverdecer nuestras ciudades y cuestionarnos cómo nos queremos relacionar con el entorno. Inauguramos con ella el 25 de junio la exposición To talk about trees. Por favor, no pisen el césped.